Parecen las llamadas perdidas de una madre.
Como el titular lo dice, a simple vista, se viene la imagen de cuando éramos más chicos y nuestra madre o padre nos atormentaban si no les contestabas el teléfono. En esta época de tantos avances tecnológicos, no es nuevo que muchas personas sean adictas a sus dispositivos y mucho más a las redes sociales. Con sus auriculares conectados, algunos jóvenes pueden estar en sus teléfonos durante todo el día, y esta pintura parece apuntar hacia este problema. Con la analogía de la cebolla, es también un brillante ejemplo de lo mucho que la comunicación ha llegado a significar para nosotros y es digna de elogios.