El equilibrio de la vida

Las semanas que siguieron a la partida de Emily fueron muy duras. Fue muy difícil para Joy y Roberto aceptar la pérdida y, a la vez, celebrar la vida de su otra hija que había logrado sobrevivir. Ellos pasaron cada momento que pudieron con Amanda, abrazándola y valorándola segundo a segundo.
Los doctores monitorearon continuamente el progreso de Amanda y ellos estuvieron complacidos de informarle a sus padres que ella estaba evolucionando muy bien. A pesar de sus limitaciones obvias, Amanda florecía. Sus padres estaban llenos de orgullo y felicidad y depositaron toda su atención en su salud y seguridad.

