En retrospectiva
Joy y Roberto recordaron la extrema felicidad que sintieron al enterarse que tendrían gemelas. Esta alegría fue breve ya que poco tiempo después descubrieron que una de las bebés no era una bebé normal. Sin embargo, ahora ellos no podrían imaginarse su vida sin ella.
Ellos se esforzaron en procesar la información y poder amigarse con la realidad con la que debían convivir. Estos padres tenían una gran fortaleza y daban lo mejor de sí para lidiar con los que le tocaba. Joy y Roberto ponían lo mejor de sí para seguir adelante y ofrecerles a sus hijas una vida feliz y saludable.